viernes, 7 de diciembre de 2012

El día en que el fútbol peruano lloró…





El fútbol es toda una pasión, tanto en el Perú como a nivel mundial, que trae alegrías, pero que también han tenido su nota trágica a lo largo de los años, y nuestro país no ha sido la excepción.

Como casos podemos citar la tragedia del Estadio Nacional en 1964, o la más reciente, la muerte del hincha aliancista Walter Oyarce en el Estadio Monumental en 2011. Pero hubo un hecho, que sobrecogió a la población: La desaparición de todo el plantel de Alianza Lima en diciembre de 1987. Y mañana se conmemorarán 25 años de aquel día.

Fue un 8 de diciembre de 1987 para ser más exacto, día de la Inmaculada Concepción y también cumpleaños de una de mis hermanas. Y, según lo que me contó mi mamá (que estaba en el octavo mes de gestación de mí) fue que esa mañana cuando mi papá regresó de comprar el periódico y le dijo a mi mamá, conmocionado:

-“El avión del Alianza se ha caído”
-¡Anda mentiroso! –dijo mi mamá-

Y fue cuando vio el titular, quedando también conmocionada, como todo el país, que despertaba viendo una noticia funesta como esta. Todo el primer equipo de Alianza Lima había desaparecido en el mar de Ventanilla, proveniente de Pucallpa luego de vencer al Deportivo Pucallpa por 1-0, con gol de Carlos Bustamante. El único sobreviviente fue el piloto Edilberto Villar Molina. Según investigaciones, el accidente se originó a una falla técnica del Fokker F-27 de la Marina de Guerra, que derivo después en un error humano. Aparte de los 16 integrantes del primer equipo, perecieron también 6 miembros del cuerpo técnico, 4 auxiliares, 8 barristas, tres árbitros y seis tripulantes.

Así fue como, la ilusión de toda una hinchada se esfumó, y con ella los intentos de campeonar en aquella temporada, que al final la ganó Universitario. Ese fue el día en que “Los potrillos”, se fueron de La Victoria para poder jugar en la gloria, tal como reza el tema compuesto por Augusto Polo Campos, que estoy seguro no solo hizo llorar al “Intimo de La Victoria”, sino también “al celeste del Rímac”, “al crema de Odriozola”, “al rosado porteño”, “al carasucia de Breña”, todos se sumaron al dolor porque esta vez no se trataba de una rivalidad de equipos, sino de la perdida de extraordinarios seres humanos que partieron a la eternidad de una manera tan trágica y que estremeció sobremanera a todo el país.

Según la crónica de la época, este fue el preludio y desenlace de la tragedia:


20.03 h. el piloto baja el tren de aterriazaje pero las luces verdes del tablero de control que deben indicarlo no se encienden. El piloto Edilberto Villar observa por las ventanillas que las llantas laterales si han descendido, pero no puede comprobar si el tren delantero había hecho lo mismo. El piloto comunica el hecho a la torre de control y solicita autorización para hacer vuelo rasante para que el personal del aeropuerto confirme si el tren de aterrizaje delantero había descendido.

20.05 h. El Fokker pasa a 170 metros de altura de la pista, los operadores con binoculares confirman que el tren sí había descendido.

20.09 h. Las luces del tablero no se encienden, el piloto pide nuevo vuelo confirmatorio, la torre lo autoriza. Ultima comunicación con la nave.
El avión se aleja para dar giro y volver al aeropuerto. El piloto informa a los pasajeros y les pide que se preparen para la emergencia.

20:13h. El ala derecha choca contra el mar y se parte, el Fokker y sus 45 ocupantes se hunden en el Pacífico.

Hoy, a 25 años después del hecho que enlutó al Perú y en especial a la hinchada aliancista. Su equipo para la temporada 2013 buscará mejorar la terrible campaña de este año y brindarles una nueva estrella para aquellos jugadores que se fueron demasiado pronto. Yo soy hincha del Cristal, pero me pareció conveniente como amante del buen fútbol, dedicarles este humilde escrito.

El tema de Augusto Polo Campos. Imposible no derramar una lagrima.