A veces pienso si los productores de miniseries, series, novelas o lo que fuera ¿son o se hacen los idiotas?
Con el lanzamiento de la miniserie "Ciro: el ángel del Colca" está más que claro: que hay una falta de criterio y escrúpulos monumental por parte de estos realizadores, que a partir de hechos nefastos y tristes, hacen su agosto vendiéndonos estas historias que simplemente, satisfacen el morbo de algunos. Debo suponer, que deben haber contado con el visto bueno, la luz verde de las familias involucradas.
La verdad, uno ya ni se siente indignado, con más razón por la calidad de los programas que han aparecido en nuestra variopinta y bizarra TV local en los últimos años.
Puedo aventurarme a dar mi vaticinio de lo que ocurrirá con esta serie:
- El padre de Ciro, quien en los últimos meses demostró que le gusta un poco la peliculina, se preguntará que tanto parecido tendrá con el actor que lo interprete, en este caso Reynaldo Arenas (¿qué le pasó Reynaldo, antes era chevere)
- La madre del desaparecido estudiante, es más que obvio que llorará desconsoladamente por como recrean el camino a la muerte de su amado hijo.
- Y ni que decir de Rosario Ponce, que apuesto a que con su familia reirán a montones en la parte "más emocionante" de la serie. Ustedes se imaginarán cuál es.
Y lo que es peor, el productor de la impresentable serie, Fernando Vásquez señaló que "las familias se van a divertir en cada escena", cosa que parece sacada de una broma mal hecha, peor que una joda de Tinelli.
¿Y después que seguirá? Miniseries sobre "Gringasho", Giuliana Llamoja, Climaco Basombrío, o el caso más reciente, Marco Arenas. Solo el tiempo lo dirá, más aun en un país donde todo puede suceder, y lo mejor que podemos hacer ahora es... ¡APAGAR EL TELEVISOR!
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