El fútbol es toda una pasión, tanto en el Perú como a nivel
mundial, que trae alegrías, pero que también han tenido su nota trágica a lo
largo de los años, y nuestro país no ha sido la excepción.
Como casos podemos citar la tragedia del Estadio Nacional en
1964, o la más reciente, la muerte del hincha aliancista Walter Oyarce en el
Estadio Monumental en 2011. Pero hubo un hecho, que sobrecogió a la población:
La desaparición de todo el plantel de Alianza Lima en diciembre de 1987. Y mañana se conmemorarán 25 años de aquel día.
Fue un 8 de diciembre de 1987 para ser más exacto, día de la
Inmaculada Concepción y también cumpleaños de una de mis hermanas. Y, según lo
que me contó mi mamá (que estaba en el octavo mes de gestación de mí) fue que
esa mañana cuando mi papá regresó de comprar el periódico y le dijo a mi mamá,
conmocionado:
-“El avión del Alianza se ha caído”
-¡Anda mentiroso! –dijo mi mamá-
Y fue cuando vio el titular, quedando también conmocionada,
como todo el país, que despertaba viendo una noticia funesta como esta. Todo el
primer equipo de Alianza Lima había desaparecido en el mar de Ventanilla,
proveniente de Pucallpa luego de vencer al Deportivo Pucallpa por 1-0, con gol
de Carlos Bustamante. El único sobreviviente fue el piloto Edilberto Villar
Molina. Según investigaciones, el accidente se originó a una falla técnica del
Fokker F-27 de la Marina de Guerra, que derivo después en un error humano.
Aparte de los 16 integrantes del primer equipo, perecieron también 6 miembros
del cuerpo técnico, 4 auxiliares, 8 barristas, tres árbitros y seis
tripulantes.
Así fue como, la ilusión de toda una hinchada se esfumó, y
con ella los intentos de campeonar en aquella temporada, que al final la ganó
Universitario. Ese fue el día en que “Los potrillos”, se fueron de La Victoria
para poder jugar en la gloria, tal como reza el tema compuesto por Augusto Polo
Campos, que estoy seguro no solo hizo llorar al “Intimo de La Victoria”, sino
también “al celeste del Rímac”, “al crema de Odriozola”, “al rosado porteño”,
“al carasucia de Breña”, todos se sumaron al dolor porque esta vez no se
trataba de una rivalidad de equipos, sino de la perdida de extraordinarios
seres humanos que partieron a la eternidad de una manera tan trágica y que estremeció
sobremanera a todo el país.
Según la crónica de la época, este fue el preludio y
desenlace de la tragedia:
20.03 h. el piloto baja el tren de aterriazaje pero las luces verdes del tablero
de control que deben indicarlo no se encienden. El piloto Edilberto Villar
observa por las ventanillas que las llantas laterales si han descendido, pero
no puede comprobar si el tren delantero había hecho lo mismo. El piloto
comunica el hecho a la torre de control y solicita autorización para hacer
vuelo rasante para que el personal del aeropuerto confirme si el tren de
aterrizaje delantero había descendido.
20.05 h. El Fokker pasa a 170 metros de altura de la pista, los operadores con
binoculares confirman que el tren sí había descendido.
20.09 h. Las luces del tablero no se encienden, el piloto pide nuevo vuelo
confirmatorio, la torre lo autoriza. Ultima comunicación con la nave.
El avión se aleja para dar giro y
volver al aeropuerto. El piloto informa a los pasajeros y les pide que se
preparen para la emergencia.
20:13h. El ala derecha choca contra el mar y se parte, el Fokker y sus 45
ocupantes se hunden en el Pacífico.
Hoy, a 25 años después del hecho que enlutó al Perú y en
especial a la hinchada aliancista. Su equipo para la temporada 2013 buscará
mejorar la terrible campaña de este año y brindarles una nueva estrella para
aquellos jugadores que se fueron demasiado pronto. Yo soy hincha del Cristal,
pero me pareció conveniente como amante del buen fútbol, dedicarles este
humilde escrito.
El tema de Augusto Polo Campos. Imposible no derramar una lagrima.